miércoles, 27 de mayo de 2015

PEUGEUT METROPOLI RS 400 PARA LOS QUE VAN Y PARA LOS QUE VIENEN

  Una de triciclos. 

De los juguetes que me dejaron de pequeño los Reyes Magos, recuerdo especialmente tres: un camión con un gran morro pintado de rojo, un cine NIC de color gris-triste que proyectaba mudas y cortas historias de dibujos animados, y una  bicicleta de pedales de tres ruedas con asiento taburete. Al camión lo he visto algunas veces en fotos pequeñitas de margen blanco y corte rústico que era la moda entonces y el NIC desapareció de mi vida documental rápidamente porque nadie le hizo una foto. Pero de la bici me queda al menos en el recuerdo un trozo de su parte delantera porque aparece en el fondo de una imagen familiar de cuatro y medio por seis centímetros, que encontré  junto a otras en un monedero y dentro de la jaula de un pájaro que creo que tuvimos una vez. Sin duda, de todos ellos, aquel triciclo fue el mejor regalo que me habían hecho nunca porque, con solo dos años, de repente podía cubrir raudo y veloz el largo pasillo de más de una decena de metros que separaba mi cuarto de la sala en el piso de mis padres de la calle Padua de Barcelona. Supuso además dar un carpetazo definitivo a mi tambaleante e inseguro vaivén andante, solo comparable al del tipo que cree que el Gaucho de Pamplona es suyo abrazado al tonel de la entrada, a las cuatro de la madrugada. Aquel vehículo de tres ruedas me enseñó el camino de la libertad.   EL COJO  Después de la guerra europea, a finales de los años 40 del siglo pasado, y durante las décadas de los 50 y 60, España estaba repleta de cojos y a muchos hasta les faltaba una pierna. Eran, en su gran mayoría, mutilados de la guerra española del 36. Muchos solían vender  lotería, tabaco o golosinas y se trasladaban en unos triciclos con ruedas grandes de bicicleta, dos detrás y una delante, y con dos manubrios como pedales en lo alto de la tija. También había muchos triciclos con motor, además de las motos con sidecar y de pequeños y económicos cochecitos a los que se les endosaban modestos motores de moto de dos tiempos de poca cilindrada. El Biscúter, el PTV o el Clúa formaban parte del mobiliario urbano de las ciudades pero habían otros más artesanales realizados con diferente fortuna estética. Era una época de depresión en Europa y ante el hambre, imaginación.  Un vecino mío, que es el propietario de una carpintería y un buen restaurador, tiene un casi artesanal Mochet 100, un mini coche francés de 1948 que parece un auto sacado del carrusel de caballitos de una feria. En Alemania, Messerschmitt, que era la empresa aeronáutica que fabricó los aviones de combate en la Segunda Guerra Mundial, sacó en 1956 un triciclo, el KR 200, con motor 175 de scooter y después de otros, y hasta 1964, el más glamuroso, el TG 500 con motor bicilíndrico de 20 cv y cuatro ruedas. La razón fundamental por la que existía el triciclo era la puramente económica y además porque se aprovechaban numerosos elementos de una moto. Derbi, Ducati, Iso, Guzzi, Mymsa, todos y más hicieron motocarros de tres ruedas aunque su imagen no fuera especialmente glamurosa.  EL AGRICULTOR DE PENNSILVANIA  Y EL POBRE OSAMU En 1969, Honda sacó al mercado un vehículo lúdico al que le vieron también utilidad los agricultores americanos. Era un sencillo triciclo de ruedas mixtas - una delante y dos detrás-, con un eje rígido que bautizaron como US90 y que servía como vehículo de ocio o para desplazamientos cortos rurales. El concepto era novedoso porque ocupaba poco espacio -no dejaba de ser una moto-, consumía mucho menos que una ranchera, se metía por caminos y era muy ágil. En realidad, aquel trike de Honda fue el pionero de una moda que hoy sigue intensamente viva y que hizo y hace furor como vehículo de ocio, arrastrando tras de sí a otras marcas de la competencia. Pero aquel invento acabó fatal y mi teoría ante lo que ocurrió, o sea un desastre, es ésta:  Estoy convencido de que el ingeniero que desarrolló aquel primer trike se basó en el triciclo de pedales que tuvo -igual que el mío-cuando era un tierno infante. Él se acordó de lo chupi que se lo pasaba correteando velozmente por el pasillo de la casa de sus padres en Osaka como yo lo hacía mismamente en el piso de Barcelona -aunque casi apostaría que era más largo el de la calle Padua porque las casas japonesas, se ve en la tele, son pequeñísimas por mucho biombo que les pongan -. Pero el ingeniero Osamuno cayó en un detalle cuando lo estaba inventando. Un detalle importante y que trajo consecuencias funestas. Para explicarlo tengo que regresar en el tiempo a mi pista de pruebas y recordar las veces que me estrellé volcándonos el triciclo y yo sobre el mueble de la radiogramola que estaba a la derecha de la sala, pasada la puerta de la cocina.    Mi recorrido sobre el tres ruedas lo iniciaba con un pedaleo potente encarando la recta del pasillo a toda velocidad. En principio todo fácil  pero se complicaba una vez pasada la puerta de la cocina donde inmediatamente te encontrabas encima de un ángulo cerradísimo que, si no lo encarabas perfecto -realmente se trataba de una trazada muy técnica-, te estampabas primero contra el mueble de la radio-gramola y después te la dabas de rebote contra el muro de contención, que era la pared maestra del piso. La finura de pilotaje era importante, sí, pero el vehículo definitivamente se constató como inestable y muy peligroso ya que careciendo de suficiente apoyo delante -una sola rueda-y en el momento más álgido de crisis, el cambio brusco de trazada, su eje trasero rígido levantaba inusitadamente una de sus ruedas eyectando al piloto directamente sobre la radio-gramola. Y justamente llegado aquí estoy convencido de cuál fue el problema de Osamu. Yo llevaba siempre una chichonera de mimbre en mi coco -era como un casco rudimentario que llevaban los niños pequeños antes - y eso me salvó y por lo que se vio después en la desgraciada historia de los trikers, Osamu, casi seguro..., corría a pelo. Sígueme, sígueme. Sí, de acuerdo, mi cabeza todavía sin formar golpeó muchas veces el mueble de la radio gramola, lo recuerdo perfectamente,...pero no sufrió alteraciones notables durante mi crecimiento y, en cambio, cuando se estrellaba el enano japonés contra el mueble de caoba en la casa de sus padres de Osaka donde guardan los inciensos -todas las casas japonesas tienen un mueble de caoba para guardar esas cosas,- su cerebro debió quedar un poco tolo porque cuando estaba diseñando el invento de tres ruedas,  él no se acordó que los triciclos con tres ruedas, una delante y dos detrás ligadas por un eje rígido, volcaban fácilmente. Aquel primer triciclo US90 y algunos que vinieron después ,-tengo un conocido que conserva un Kawasaki de esa época- construidos con una rueda delante y dos detrás con un eje rígido y todas las copias que hicieron los otros fabricantes, sufrieron muchos accidentes, hubo muertos y demandas, acabando por prohibirlos en  EEUU y a continuación en muchos países. La idea, sin embargo, no era mala y poco después le añadieron una rueda más. Comenzó la era de los Quads. No sé qué se habrá sido de aquel ingeniero japonés .  LA PEUGEOT METRÓPOLIS 400 NO LA HIZO OSAMU 
 Cuando aparecieron en el 2006 -2007 las primeras unidades del Piaggio MP3 las fui a ver a l concesionario de Vespa Balart .Tengo que ser sincero y decir que mientras rodeaba aquella revolucionaria Vespota con tres ruedas, durante los primeros instantes no fui capaz de establecer conmigo mismo una mínima fluidez mental. Me bloqueó. ¿Qué era aquel extraño vehículo? ¿Extraño?, quizás no lo era tanto porque bien pensado mi sensación al cabo de 50 segundos era la de algo " deja vi " o de "¿dónde nos hemos visto tú y yo antes?". Me recordaba no a algo concreto si no que el concepto parecía ...salido de un coctel de trozos de historia que se hubieran fusionado y formado en un único bloque. Si lo miraba con los ojos entornados era la triker de Osamu, la Honda US90, pero al revés. Tenía el culo de la Beverly 250 que tenía por entonces. Por detrás me recordaba a algunos triciclos de la marca ISO de los años 60, una moto pequeña con una caja metálica delante con dos ruedas a los lados,- eso sí, la MP3 era una sílfide a su lado-. No se parecía en nada al bici-triciclo del cojo que vendía lotería en la puerta del cine Rovira pero sí pensé que aquel hombre hubiera sido el rey del mambo con aquella Piaggio que no volcaba, con ruedas que se inclinaban sobre sí mismas y corría mucho más que un Seat 600...!y que un 1500¡  y que ...!la hubiera podido llevar sin carnet¡...si se hubiera quedado el número 02365 que era justo el décimo suelto que le quedaba en la pechera y que salió como premio gordo de la lotería de Navidad en 1960.   RARAS, SÍ, PERO SON MÁS QUE UNA MOTO El auge de los scooters de tres ruedas en Europa es cada vez mayor, especialmente en Francia e Italia. Se adquieren por su practicidad dentro y fuera de las ciudades - facilidad de aparcamiento, limpieza y capacidad de equipaje- pero, sobre todo, por la seguridad que ofrecen a sus ocupantes, mayor que el de las motos gracias al mejor apoyo que ofrecen de sus dos ruedas de su tren delantero. Y esto es especialmente notable en zonas húmedas donde el clima endurece las condiciones de rodar con una moto convencional. Sus clientes son motociclistas sin complejos, muchos de ellos ya están de vuelta  -aunque seguro que muchos comparten su parking con la moto tradicional -. Creo que lo que convence no es tanto de si te gusta mucho o poco el invento sino de cuánto aumento de calidad de vida te va a ofrecer. Pero un scooter de tres ruedas no se limita a eso, sus sensaciones al inclinarse son de moto y por cualquier carretera de curvas o rectas muestran su mejor vertiente: la lúdica. Por eso atraen sobre todo a los automovilistas que solo con su carnet de coche también los pueden conducir. Siempre he pensado, -hasta por motivos de seguridad - que es un contrasentido como la copa de un pino que se limite la cilindrada (125,cc y 15 cv,) que se les exige para llevar una moto cuando en el caso de los scooters de tres ruedas la potencia permitida incluso puede ser de 40 cv., como en el caso del Piaggio 500 LT, o 37 cv, del Peugeot Metrópolis que incorpora además un motor de medio litro de cilindrada. Es el gran gol que le metió Piaggio al gobierno italiano y al que le siguieron otros países a cambio de incorporar como exigencia legal ...un tercer freno de pie y unas medidas determinadas entre las ruedas delanteras. Piaggio fabrica solo el modelo LT en todas sus versiones que es el legal para conductores novatos.  La saga dominante en el mercado -prácticamente un monopolio-, aparte de ser la pionera y la más experimentada, es la de Piaggio, con sus diferentes modelos y cilindradas - que incluyen también versiones híbridas-  diversificando así las posibilidades de elección de un MP. (El triescuter Gilera Fuoco 500 también forma parte del grupo Piaggio aunque sus ventas sean algo más marginales. ). El triciclo italiano 500 LT es un vehículo muy bien resuelto a nivel dinámico con un tren delantero que está formado por un paralelogramo y dos amortiguadores verticales que permiten articular las ruedas para que se inclinen en las curvas. En curva, su conducción es la más parecida al de una moto. Un sistema llamado Roll-Lock bloquea el paralelogramo a discreción para que el scooter quede estable y fijo sobre sí mismo y no haya que poner los pies en el suelo. También lo incorpora la Metrópolis. Sus acabados son muy correctos, incluso buenos, pero no emanan la calidad y cierta sofisticación de lujo de la Peugeot De momento, hay poca competencia en este tipo de vehículos pero, poca broma, Piaggio ya ha vendido más de 100.000 unidades de su MP3. Sin embargo, Peugeot con este refinado modelo ya ha mostrado sus afiladas armas a los italianos. Pupa les está comenzando a hacer en este sector y sobretodo en Francia porque han realizado un vehículo con detalles y gadgets muy  automovilísticos enfocando su producto directamente hacia los clientes provenientes de las cuatro ruedas, como no podía ser de otra forma. La moto "tri" es tan acogedora que parece un miniPeugeot . En su desarrollo han intervenido directamente los ingenieros provenientes de los departamentos tecnológicos de la propia fábrica. El nuevo motor monocilíndrico de 400 cc lleva enteramente la firma de Peugeot, es de funcionamiento brillante y me recuerda en sensaciones al 350 cc de la scooter Piaggio x 10, o sea fino y sin vibraciones molestas pero con más chicha. La parte más importante de todos los tres ruedas es su tren delantero ya que de él depende el grado de confort y la estabilidad del vehículo. El DTW ,-Dual Tiling Wheels- , el del Peugeot Metrópolis, está formado por un amortiguador transversal hidráulico en la parte superior del bloque delantero y un paralelogramo oscilante y con triángulos dobles y con un amortiguador en cada rueda . Éstas basculan sobre sí mismas  y están dotadas - cada una - de un recorrido vertical individual muy notable con el fin de salvar obstáculos difíciles  por ejemplo, los bordillos o algún socavón profundo. Prácticamente todo el entramado del chasis está realizado en aluminio lo que permite eliminar peso y situar la plataforma baja. Aunque  el trabajo de ingeniería es muy visible y notable - dicen que está basado en las suspensiones de un F1-, el sistema no parece estar en su mejor puesta a punto, como diré después, porque en la práctica -probé un MP3 hace un tiempo- el tren delantero de un Piaggio MP3 es algo más efectivo, un poco más ágil en los cambios de trayectoria. En el pastel entran estos también. Quadro es otra marca suiza algo más marginal  pero con un producto visualmente muy atractivo cuyo tres ruedas monta un motor de 350 y llantas de mayor diámetro. Sus creadores, la firma Marabesse Desing, formaron parte del desarrollo del primer MP3 de Piaggio. La irrupción de Yamaha con su agilísimo y económico Tricity 125 de momento ...presagia futuros modelos que animarán, aún más, este mercado. Seguro.  TODAS LAS CARAS DEL METRÓPOLIS 400  Todos tenemos nuestra mejor cara. Nuestro mejor lado. Pero también el peor. Eso los fotógrafos lo sabemos bien. Por eso, mirando el bonito catálogo de presentación de este Peugeot Metrópolis 400 aparecen algunas fotografías muy bien iluminadas y retocadas en las que se muestran e n parado o en marcha, al triciclo francés desde algunos ángulos ...muy meditados. Siempre son vistas de lado o de tres cuartos de su parte delantera y trasera y una cenital. Hay una doble página en la que aparecen dos scooters con el fondo de un puente y con un ángulo de la cámara situada algo por encima de ellos. Es un buen trabajo de composición porque nos muestra o sugiere de la más cercana, su compacidad y de la más alejada, la elegancia de sus líneas. Hay un poco de efecto óptico pero el fin está muy bien conseguido. Lo que se llama matar dos pájaros de un tiro. Todas las imágenes aparecen a gran tamaño pero, sin embargo, ...no hay ninguna toma totalmente trasera o frontal. Bueno, sí, en la última página y en un apartado de medidas y dimensiones, junto a tres más, aparece una fotito liliputiense del frontal de la moto que mide ,3 cms x 1.2 cms. Pero, además, está manca porque, de sus bajos traseros, le han hecho desaparecer la rueda motriz. ¿Qué motivo inconfesable existe para ocultar esas nobles zonas de la Metrópolis? Mi teoría es que los responsables del prospecto son portadores del "síndrome del cojo". Desde ese punto totalmente frontal no han sido capaces de hacerle una buena foto atractiva a la vista. Es normal porque es verdad que esta Peugeot tiene mucho de glamurosa, -es francesa-, tiene detalles de buen gusto y hasta de lujo. Podría ser hasta un artículo de Hermes. Pero vista de frente y desde atrás tiene algo de ortopédica, de carrito terapéutico y eso estéticamente no entra. Ese diseño conlleva algo de antinatural. Apostaría algo con la agencia de publicidad o con el fotógrafo que ese es el motivo de la ocultación. (Que conste que ese "problema " es común a todas las scooters de tres ruedas). Dicho esto, aquí se acaba lo malo y de la misma manera que me encanta un Morgan 3 Weeler -no tengo para invertir los 60.000 euros que cuesta-, yo me quedaría esta Peugeot Metrópolis 400 por sus otras virtudes, que son muchas, y sobre todo por una que no había caído y que os diré después.     PROBANDO, PROBANDO -Éste es el freno de mano, éste el pulsador del "tente en pie " y aquí están las llaves. Guárdalas en el bolsillo, son de proximidad ,...esteeee...se llaman Smart Key.., creo-  me dijo el amigo Manel , el propietario de Mataro Bikes, cuando me sacaba la moto a la calle. De entrada, a mí me gusta esta Peugeot más que una Piaggio MP3. (la Gilera Fuoco también me gusta). Me agrada su diseño porque...¡síííí...era esoooo!!!! , como la Fuoco, se parecen a una moto de nieve. ¡Incluso son similares en el concepto. Unidad tractora detrás y sus apoyos delanteros, dos esquís direccionables basculantes!. Siempre quise tener una moto de nieve desde que tuve la oportunidad de viajar en grupo durante algunos días con una por la orografía nevada de Quebec hace años. Me gusta ese panel de mandos y el cuadro digital con esos relojes aunque todo sea muy automovilístico pero especialmente porque lleva incorporado un sensor de presión de las ruedas, un elemento premium de motos de muy superior precio, que no categoría. Un par de personas que la estaban mirando me dijeron que era cara. ¿Cómo? ¿8500 euro ,un vehículo plagado de gadgets, basado en un concepto de seguridad moderno, lujoso, capaz de llanear a 130-140 -150 kms/h, con un tren delantero de verdadera ingeniería y que no vuelca donde las dos ruedas resbalan? ¿Cara?  Encima de la moto el espacio delantero es casi tan amplio como el que existe más o menos en mi Burgman 650. Todo queda a mano y vas mejor que en un Mazda descapotable, mucho menos agobiado. En realidad, y apúntatelo, también pagas 8500 euros por un descapotable de tres ruedas. ¡Qué más quieres! Dos botones abren dos espacios situados, uno debajo del asiento y el otro en el colín. Se supone que cabe en éste un casco integral pero fácil de que encaje, no es. Mi amigo Joan que ni es cabezota ni cabezón no lo entró. Pero en conjunto se puede decir que te puedes ir de viaje con ella cargando todo lo necesario. El parabrisas es regulable y tan solo presionando sobre dos puntos de una guía lo colocas en dos segundos en la posición más óptima para tu talla. Es de los mejores en marcha ya que te llegan muy pocas turbulencias. DRL, Daytime Running Light, es una barra de luces Led que ofrece una mayor visibilidad activa y pasiva y se encuentra baja y entre las dos ruedas delanteras. Un elemento de seguridad más. El freno de mano es eléctrico. El asiento es muy cómodo, repito, muy cómodo, e incorpora un respaldo regulable de 4 cms de extensión. De aplauso es el gran espacio de los reposapiés plegables del pasajero. Nada menos que 50 cms de superficie cada uno. Eso es lo que destila el Metrópolis. Confort por encima de todo. El propulsor es de fabricación propia, un monocilíndrico 4 válvulas, de 399cc y que arroja 37,2 cv a 7250 rpm y un par de 38,1 Nm a 5.500 rpm. Los neumáticos son tubeless de 12 pulgadas y de 120/70 delante y 140/70 14 detrás. Ya he explicado – difícil, por lo complicado del sistema, hacerlo muy entendible -el funcionamiento del DTW (tren delantero y sus suspensiones). Detrás la Metrópolis monta dos amortiguadores hidráulicos. Añado la distancia entre ejes, que es de 1.500 mm. No es una moto larga. Me mola un montón lo de los captadores de presión de los neumáticos visible en el panel del cuadro LCD. Por cierto, son, cómo no, los franceses Michelin Pilot Road. (Introduciré una idea dentro de un momento al respecto). El SBC (Synchro-Braking-Concept ) es el sistema de frenado de esta Peugeot. La leva izquierda o el pedal de pie reparte la frenada delante y detrás, dejando la manera derecha para que actúe solo sobre las ruedas delanteras. Hay más de una decena de accesorios para esta máquina.  EN MARCHA Con la moto tiesa con el bloqueo de sus ruedas delanteras, subirse a ella es la cosa más cómoda del mundo. Con ella se acabaron los problemas para los bajitos agobiados cada vez que se paran ante un semáforo porque con el sistema "tentetiesa" no hay que poner los pies en tierra. Te subes o bajas como en un coche...o mejor. Su plataforma plana te facilita las cosas. En una Burgman 400 o 650 las piernas las puedes estirar más, hay más espacio longitudinal aunque toda la zona inferior es bastante amplia. Mi mujer que me acompañó en esta primera  prueba de las varias salidas que hice con la Peugeot se subió detrás sin que yo sintiera la mínima desestabilización  y acto seguido arranqué el motor. Inmediatamente éste cobró vida emitiendo un sonido grave y dejando sentir sus amortiguadas pulsaciones de monocilíndrico automático. Aceleré y al instante se desbloqueó el sistema de estabilización y en esa primera sensación en marcha me recordó muchísimo a la Yamaha de nieve que lleve en Canadá. La parte del tren delantero se notaba muy presente y aunque se dejaba guiar bien, aquel morro se sustentaba de tal forma sobre el asfalto de las calles de Mataró que parecía ir sobre unos skies rodantes o por lo menos estar subido en una moto con un neumático delantero de Fórmula  1. El caso es que girando por las calles parecía llevar una scooter medio, inclinándose igual, eso sí, como si le hubiera colocado encima de su guardabarros delantero una garrafa de agua Lanjaron de 7 litros. Notas que hay una cierta sobrecarga en ese punto. Y en una moto tradicional de media cilindrada no sería de recibo pero, como lleva dos ruedas, lo gestiona bien aunque nunca notas la dirección suelta. Hay que dirigir el manillar con cierta decisión. Al principio todo es muy raro y no acabas de cogerle el truco. Hay un periodo de adaptación pero ...una hora más tarde ...no me quería bajar de ella en la carretera. El buen tarado de las suspensiones las hace funcionar sorprendentemente bien, absorbiendo las irregularidades del terreno, especialmente cuando pasas el abultado relieve de los pianos transversales que se prodigan cada vez más por las calles o entradas de los pueblos. Es bastante más cómoda ahí que el pequeño Hyundai de mi mujer. Saliendo de Mataró hacia Granollers hay una pequeña autovía ascendente que tras unos pocos kilómetros y saliendo de ella tomas un pequeño puertecito repleto de curvas, el Coll de Parpers. Situados en la autovía, los 140 de marcador aparecieron rápido y tomando las primeras curvas la Metrópolis 400 me mostró su peculiar dinamismo afrontándolas con inusual seguridad. Ya puedes tumbar que aquella cosa se pega como una lapa en su concha pero tienes que prever con algo más de antelación la salida de la curva, aunque le afecte poco el tipo de terreno que pisa. Te acostumbras pero siempre tienes que asirte al manillar con más intensidad con que lo harías en una moto. Entra bien en la curva pero en todo momento notas una cierta resistencia parecida a llevar un coche pequeño, de los de antes, como el Lada Niva que tuve  sin dirección asistida. ¿Tuviste alguno? .Yo me fui a las montañas del Atlas, en Marruecos, con él y nunca me quejé de eso, solo necesitaba una conducción mas "sólida" entre las manos. Sí, sí, se parece.  El problema es que en plena curva, si accionas los frenos del manillar o solo uno, aparece un subviraje desagradable - acabas cogiéndole el tranquillo- porque tiende a abrirse de la trazada. Siempre notas un rebote del sistema de la suspensión que trabaja parecido a lo que sería al Telelever de las BMW pero menos conseguido -por favor no lo digo yo, me lo comentó el propio Manel de Mataró Bikes- . En las BMW no se nota esa característica pero es cierto que la horquilla se hunde poco. Que conste que estoy rozando el rizo. Es curioso pero accionando las manetas, incluso fuertemente, la frenada no es ni mucho menos tan efectiva como si lo hacemos con el de pie, que la reparte integralmente. Desde luego, llegué a ir muy rápido enlazando curvas utilizándolo y me acordé, je, je, que mi Lambretta también lo llevaba aunque aquella scooter accionaba solo el tambor trasero. Si frenas con el de pie quedan anulados los de las manetas quedándose rígidos como la momia de Tutankamon.  Como decía al principio, el sistema DTW de Peugeot no es lo perfecto que se podría esperar de él. Los rebotes inesperados de su tren delantero desconciertan y no voy a ser yo -pobre de mí- quien enseñe a los ingenieros de Peugeot la solución. (Hay que tener en cuenta que la elección de Michelin no es casualidad, ellos arropan bien su industria y aunque estoy enamorado del casco francés Shark Evoline no quita que nuestros vecinos sean muy chauvinistas). Pero sí que me encantaría hacer la siguiente y humilde prueba. Los neumáticos que equipa son los buenos Michelin Pilot pero estosson menos angulados que los Bridgestone SC1. Aprovecho este punto para  escuetamente contar que los SC 1 funcionan bien en una T Max pero en mi Burgman 650 el delantero no me gustó  nada de nada precisamente por esa característica que no encajaba en la filosofía más turística de mi Suzuki. (El trasero sin embargo se ha mostrado fantástico). Quizás esas gomas algo más afiliadas y más extremas que los Michelin hicieran variar la dinámica del tren DTW convirtiéndolo en algo más intuitivo en los cambios de ritmo. Y, puestos a hacer pruebas, hinchados con nitrógeno, del que sabéis que soy fan. He buscado esa medida de 12 pulgadas y no estará disponible hasta finales de 2015. Lástima. Si soy sincero, el consumo lo ignoro pero me dicen que entre 5 o 6 litros dependiendo de la conducción, estaría la cosa. 8500 euros por un invento al que no le afecta el viento y llanea por autopista la mar de bien. Y te permite meterte por caminos como si de un todo camino se tratara. Y te sientes arropado y seguro aunque que llueva, llueva, llueva, la virgen de la cueva. Tres patas de apoyo, mejor que dos, aunque quiera esconder una el diseñador del catálogo de papel de Peugeot. Ahora que no nos ve tu mujer te explicaré un truco ...buenísimo...para que te deje comprar una moto. Bueno, ésta. Le dices que habías pensado en quedarte una Kawasaki ZX 10 R que te vende de ocasión de un amigo. Antes de que te ponga en las manos la maleta para que te largues de casa inmediatamente, le sueltas que te lo has pensado, que será más práctico comprar una scooter y que, mira, para más seguridad, de esas de tres ruedas, que no se caen. Además, le añades que tienes una sorpresa para ella. Dile que como los niños ya son mayores se te había ocurrido que, con el triciclo, podríais tomar el barco que sale de Barcelona a Cerdeña a recorrer la isla. Un viajecito en moto como cuando eras novios y con ...- aquí tendrías que ponerle énfasis al tema - ...! la máxima seguridad , que tiene tres ruedas, reina de mi vida¡ Yo además le veo otra variante viajera que he explotado en ocasiones con el coche: un remolque y la moto, para trasladarte a algunos puntos  y desde allí recorrer los lugares recónditos. No me negarás que subir y bajar a la Metrópolis en su posición "tentetiesa " o de un remolque, no es coser y cantar. Porque a cierta edad, la tripilla se cabrea. Va, que te la vendo. Si hay la tira de tipos en Turín o París que se mueven en scooters "tri" porque llueve mucho y van cantando bajo la lluvia tan campantes, ¿por qué no te apuntas al rollo si eres de Donosti o A Coruña? .Salud